
LUIS FERNÁNDO PONCE
DIÁSPORA
CÓMIC
ENTRE EL POP Y LA NARRATIVA VISUAL DEL CÓMIC
La obra de Luis Fernando Ponce se sitúa en un punto de intersección entre la estética del arte pop y el lenguaje visual del cómic, dos expresiones profundamente ligadas a la cultura de masas. Su propuesta plástica se caracteriza por una economía formal que no empobrece el contenido, sino que lo concentra. A través de imágenes sintetizadas y composiciones fragmentadas, Ponce nos invita a detenernos y contemplar lo esencial en medio de un mundo sobresaturado de estímulos visuales.
Desde el arte pop, retoma la apropiación crítica de los íconos del consumo y la vida cotidiana. Como Warhol o Lichtenstein, explora los códigos del entretenimiento masivo y la publicidad, pero lo hace desde una sensibilidad contemporánea. En lugar de replicar imágenes con serialidad mecánica, Ponce opta por depurar la forma, reduciendo sus figuras a signos casi esenciales. Esta decisión no solo remite a la estética gráfica, sino también a la necesidad de generar pausas visuales en una época marcada por la inmediatez y el flujo constante de imágenes digitales.
La influencia del cómic, por su parte, se manifiesta en la fragmentación, la edición y el uso del vacío como herramientas narrativas. Así como el cómic avanza mediante viñetas que omiten momentos intermedios, su obra presenta escenas aisladas que parecen extraídas de una historia mayor. Cada imagen plantea una narrativa abierta, donde el espectador es llamado a reconstruir significados desde los fragmentos, a completar lo que no está dicho. En este sentido, la omisión no es ausencia, sino una invitación activa al pensamiento y la imaginación.
Este diálogo entre lo pop y lo secuencial no es gratuito. Ambos lenguajes han sido históricamente espacios de cruce entre lo culto y lo popular, entre lo artístico y lo comercial. Ponce se sitúa en esta tradición para revisitarla críticamente. Su obra no se limita a celebrar la iconografía popular, sino que reflexiona sobre la manera en que las imágenes condicionan nuestra percepción, nuestra memoria y nuestras formas de identidad en la era digital.
En tiempos donde la cultura visual globalizada nos exige una constante edición de lo que vemos y compartimos, la propuesta de Ponce nos plantea una pregunta inquietante: ¿puede la simplificación ser una forma de resistencia? ¿O es también una adaptación más al ritmo acelerado del consumo visual?
Luis Fernando Ponce nos propone mirar con atención aquello que solemos pasar por alto: los signos fragmentarios que dan forma a nuestra experiencia cotidiana. Su obra es, al mismo tiempo, homenaje y crítica; celebración del lenguaje visual contemporáneo y reflexión profunda sobre sus límites y posibilidades.
— V. Martínez, febrero 2025