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Dícese de las conversaciones o discursos extensos 
e insustanciales, y a veces sin fundamento.

 

 

Güirigüirear es la experiencia y el placer de hablar y de hacer con aquello que la palabra no logra capturar: el vacío. Es tender puentes en zigzag entre las palabras, las ideas y la producción artística visual. 

Este proyecto en colaboración y multidisciplinario, llamado: GÜIRIGÜIRI, está compuesto de videos, instalaciones, esculturas, sonido y objetos que cayeron como resto fértil de ocho meses de encuentros periódicos en Sol del Río. Lapso en el que las artistas visuales Jamie Bischof, Lourdes de la Riva y Regina Prado, y los güirigüireros Rodolfo Arévalo y Paulina Zamora, accedieron a horas de conversaciones en las que a ratos se pensaba en la “verdad” y a ratos se borraba casi todo.

 

Una experiencia en la que los otros (el público) no eran los protagonistas. El protagonista fue el sujeto que observa, duda, se cuestiona y hace algo con el vacío de res-puestas. Tal y como fueron hechas las líneas y geoglifos de Nazca: con una ignorancia de su propósito. Líneas que nos asaltan con su diseño que va más allá de las condiciones de ocultamiento, de seducción y de funcionalidad. 

Asaltan con su limpieza, como la limpieza del acercamiento de Lourdes a las termitas, la preocupación de Regina por la salud del medio ambiente y la filosa presentación de Jamie que, abusando en su interpretación, se pueden leer como esas decisiones cotidianas que tomamos sin saber exactamente su resultado.

Los Güirigüireros, Noviembre 2015 - Julio 2016

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