DIANA DE SOLARES_
_PAULO WHITAKER
LUIS GONZÁLEZ PALMA_
La idea podría sonar disparatada, era un riesgo, y como todo riesgo, un desafío estimulante. Se trataba de reunir en una exposición tres miradas partiendo exclusivamente de la amistad que les une. Es decir, proponer una muestra que no gravitara sobre un tema en particular, sino en torno a la amistad, el cariño y el respeto que tres amigos se tienen entre sí.
Nos conocemos desde hace muchos años, hemos compartido muchas experiencias personales y profesionales, pero también hay una admiración profunda entre nosotros. Valoramos la obra que hemos ido generando al igual que la forma en la que hemos decidido vivir nuestras vidas.
Viéndolo con cierta ironía, la exposición es una cita a ciegas. Un acto lúdico por naturaleza. A pesar de que cada uno de nosotros conoce la trayectoria del otro, ninguno sabe lo que el otro expondrá. Tampoco nos interesa saberlo, casi no hemos hablado sobre ese tema y lo único que nos interesa es la idea de juego, es decir, la libertad creativa; recuperar un sueño de infancia e inventar una juventud en donde nos vamos descubriendo mientras descubres al otro y te dejas llevar por el cauce de un río que desconoces. Solo deseamos ser remolinos dentro de ese transcurrir, empaparnos de lo que hace que nuestra vida sea una aventura e intentar que lo valioso de la experiencia sea el transitar espacios que nos transformarán de alguna forma.
Cada quien ha elegido qué rumbo tomará ante este desafío, con qué elementos jugará, qué tropiezos tendrá, qué sorpresas. En este juego no hay expectativas, ni ganadores ni perdedores, pero como en todo juego este tiene una sola regla: no mostrar algo que se espera de nosotros, es decir, crear lo que nos falta. En pocas palabras, la riqueza que encierra esta exposición es la posibilidad de asombrarnos. Asombro sobre cómo lidiamos ante nuestra incertidumbre creativa y asombro ante las conexiones invisibles que nutren la amistad, independientemente del tiempo y la distancia.
Luis González Palma.
Septiembre 2025.